jueves, 15 de mayo de 2014

PURO SEXO


Las parejas pasionales se unen en torno al disfrute sexual y todo lo demás queda dentro de la esfera particular de cada uno. Es decir, sólo se comparte lo lúdico, lo agradable y lo fugaz, de ahí que pasado un tiempo la química tenderá a desvanecerse si no se sustenta sobre pilares más sólidos.
PURO SEXO
Puro sexo, sexo sin complicaciones o sexo sin más: así es como se resume el leitmotiv de las relaciones pasionales. Y es que, como bien sabes, una relación seria de pareja conlleva ciertas responsabilidades y compromisos que no todo el mundo está dispuesto a asumir.
En los últimos 30 años hemos asistido al triunfo del individualismo en la sociedad occidental. A día de hoy el ser humano se mueve buscando su desarrollo y su satisfacción personal en un clima de libertad que ya nos es habitual, pero que hasta hace pocas décadas era un sólo un sueño para la mayoría.
Las relaciones pasionales son el vivo ejemplo de la sociedad individualista, donde dos amantes disfrutan del placer carnal sin más; “adiós muy buenas” tras el coito. Pero ¿cuáles son los pros y los contras de estas relaciones?
LOS PROS
La ventaja principal de las relaciones pasionales es que permiten obtener placer sexual sin más. Y eso no es nada malo ni vulgar. Quizás hayas escuchado un susurro en tu interior diciéndote, más alto o más bajo, que hay algo de sucio o impropio en las relaciones pasionales.
Lo más probable es que esa creencia sea un residuo de la represión y el mojigatismo que aún impregnan la vivencia de la sexualidad.
Así que no le hagas caso; la vida pasional no es mala per se, pues favorece la adquisición de experiencia y destreza sexual, algo muy útil al tratarse de un factor que predispone a la estabilidad relacional en el momento en que uno se decide por abandonar el estilo de vida pasional y centrarse en una relación seria. La vivencia de la pasión nos enseña cómo funciona nuestro instinto animal y nos permite saber manejarlo.
LOS CONTRAS
Como siempre sucede, el veneno está en la dosis. El mayor inconveniente de las relaciones pasionales es que el placer sin compromiso puede terminar por condicionar al individuo.
Ten en cuenta que este tipo de relaciones suponen un culto al hedonismo y al no-compromiso. En el fondo hay cierto egoísmo en la pareja: se unen buscando placer y se separan cuando el placer desaparece.
Si esto se lleva al extremo la persona puede verse imposibilitada para disfrutar de relaciones completas desde un enfoque maduro. Es decir, se anula la capacidad de amar, de compartir más allá de lo carnal, de promover el crecimiento personal a través del compromiso, etc.
Un individuo que se “especializa” únicamente en relaciones pasionales se limita y se cierra puertas.
Así que las relaciones pasionales pueden suponer una gran vivencia personal en distintas épocas de nuestra vida. No obstante, si nos limitamos sólo a ellas podemos terminar por convertirnos en Peter Pan: personas inmaduras y superficiales.

La clave está en que este tipo de relaciones no trunquen nuestra capacidad para mantener otro tipo de relaciones.

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