Las parejas pasionales se unen en torno al disfrute sexual y todo lo
demás queda dentro de la esfera particular de cada uno. Es decir, sólo se
comparte lo lúdico, lo agradable y lo fugaz, de ahí que pasado un tiempo la
química tenderá a desvanecerse si no se sustenta sobre pilares más sólidos.
PURO SEXO
Puro sexo, sexo sin complicaciones o sexo sin más: así es como se
resume el leitmotiv de las relaciones pasionales. Y es que, como bien sabes,
una relación seria de pareja conlleva ciertas responsabilidades y compromisos
que no todo el mundo está dispuesto a asumir.
En los últimos 30 años hemos asistido al triunfo del individualismo en
la sociedad occidental. A día de hoy el ser humano se mueve buscando su
desarrollo y su satisfacción personal en un clima de libertad que ya nos es
habitual, pero que hasta hace pocas décadas era un sólo un sueño para la
mayoría.
Las relaciones pasionales son el vivo ejemplo de la sociedad
individualista, donde dos amantes disfrutan del placer carnal sin más; “adiós
muy buenas” tras el coito. Pero ¿cuáles son los pros y los contras de estas
relaciones?
LOS PROS
La ventaja principal de las relaciones pasionales es que permiten
obtener placer sexual sin más. Y eso no es nada malo ni vulgar. Quizás hayas
escuchado un susurro en tu interior diciéndote, más alto o más bajo, que hay
algo de sucio o impropio en las relaciones pasionales.
Lo más probable es que esa creencia sea un residuo de la represión y
el mojigatismo que aún impregnan la vivencia de la sexualidad.
Así que no le hagas caso; la vida pasional no es mala per se, pues
favorece la adquisición de experiencia y destreza sexual, algo muy útil al
tratarse de un factor que predispone a la estabilidad relacional en el momento
en que uno se decide por abandonar el estilo de vida pasional y centrarse en
una relación seria. La vivencia de la pasión nos enseña cómo funciona nuestro
instinto animal y nos permite saber manejarlo.
LOS CONTRAS
Como siempre sucede, el veneno está en la dosis. El mayor
inconveniente de las relaciones pasionales es que el placer sin compromiso
puede terminar por condicionar al individuo.
Ten en cuenta que este tipo de relaciones suponen un culto al
hedonismo y al no-compromiso. En el fondo hay cierto egoísmo en la pareja: se
unen buscando placer y se separan cuando el placer desaparece.
Si esto se lleva al extremo la persona puede verse imposibilitada para
disfrutar de relaciones completas desde un enfoque maduro. Es decir, se anula
la capacidad de amar, de compartir más allá de lo carnal, de promover el
crecimiento personal a través del compromiso, etc.
Un individuo que se “especializa” únicamente en relaciones pasionales
se limita y se cierra puertas.
Así que las relaciones pasionales pueden suponer una gran vivencia
personal en distintas épocas de nuestra vida. No obstante, si nos limitamos
sólo a ellas podemos terminar por convertirnos en Peter Pan: personas inmaduras
y superficiales.
La clave está en que este tipo de relaciones no trunquen nuestra
capacidad para mantener otro tipo de relaciones.
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