domingo, 4 de mayo de 2014

BASES NEUROLÓGICAS DE LA EMPATÍA

La empatía se define como la capacidad de comprender y compartir los pensamientos, deseos y sentimientos de otra persona. Gracias a pruebas de neuroimagen y estudios de comportamiento realizados en humanos y otros animales, se han descrito sus bases neurobiológicas, que constan de dos grandes sistemas: el sistema emocional y el sistema cognitivo. Son entidades independientes, que se desarrollan en edades diferentes, i utilizan neurotransmisores y redes neuroanatómicas distintas.
EMPATÍA EMOCIONAL
La empatía emocional es la capacidad para experimentar una respuesta empática únicamente observando y percibiendo una emoción experimentada por otra persona, y que engloba una gran variedad de procesos subyacentes como el reconocimiento y el contagio de emociones y la capacidad para compartir el dolor.
Se ha sugerido que la experiencia empática provocada por la simple observación de una persona, provoca en el observador la activación de los mismos circuitos neuronales, y el reciente hallazgo de las neuronas espejo, podría explicar éste fenómeno.
Las neuronas espejo fueron descubiertas en investigaciones realizadas con primates. Se observó la activación del mismo grupo de neuronas cuando hacían una acción que cuando observaban la misma acción realizada por otro primate. A éste grupo de neuronas se les llamó “Sistema de las neuronas espejo” (SNE). Anatómicamente, éste grupo de neuronas se ha identificado en la circunvolución frontal inferior (CFI) y en el lóbulo frontal inferior (LFI). Aunque estos núcleos puedan estar implicados en varias formas de respuesta empática, existe una fuerte evidencia la participación de la CFI en el reconocimiento y el contagio de las emociones.
El dolor ajeno también puede despertar una respuesta empática en el observador. Las principales regiones cerebrales implicadas son la corteza cingular anterior (CCA) y la ínsula. Su activación también se ha relacionado con las sentencias de juicio que hace el observador, basándose en la expresión facial de la persona que sufre dolor. Esto indica que la empatía hacia las personas con dolor se asocia a una actividad hemodinámica en el cerebro que es muy similar a la que ocurre cuando lo experimenta uno mismo en primera persona.
EMPATÍA DOLOR TEXTO
Esta capacidad empática hacia el dolor de otros sujetos puede haber sido útil para la evolución, ya que percibir el dolor ajeno puede evitarlo en uno mismo. Además, puede haber tenido una importante función social como facilitar la cooperación entre miembros de una misma familia que comparten una misma constitución genética. Ahora bien, en fisioterapeutas que trabajan a diario con personas que experimentan dolor, se ha observado una rápida y temprana regulación emocional de la empatía, inhibiendo el proceso de percepción del dolor.
EMPATÍA COGNITIVA
La empatía cognitiva se describe como la habilidad para crear una teoría sobre el estado mental y cognitivo de otra persona, teniendo en cuenta su perspectiva. Este proceso de comprensión desde la perspectiva de otra persona, parece que desarrolla la “Teoría de la mente” (TdM), que puede ser definida como la habilidad para ponerse en el lugar de otra persona, e imaginar sus pensamientos y sentimientos.
Estudios recientes han identificado un conjunto de regiones involucradas en ésta teoría: la corteza prefrontal medial (CPM), el surco temporal superior (STS), la unión temporoparietal (UTP) y los polos temporales (PT). Dentro de la CPM también se diferencia como región importante, la corteza prefrontal media ventromedial (CPMvm).
La región UTP es responsable de las inferencias transitorias de los objetivos, deseos o creencias de otras personas, y la región CPM permite atribuir rasgos y capacidades a uno mismo y a los demás. Dentro de esta última región, se especifica la función de la CPMvm que es necesaria para los aspectos afectivos y emocionales de la TdM.
Se han descrito dos formas de la “Teoría de la mente”: la cognitiva y la emocional. Aunque pueden parecer muy similares, la TdM cognitiva se refiere a nuestra habilidad para hacer inferencias de las creencias de otras personas, mientras que la TdM emocional hace referencia a nuestra habilidad para hacer inferencias de las emociones de los demás.
La empatía cognitiva requiere otros procesos cognitivos superiores como pueden ser el reconocimiento de uno mismo, o la memoria autobiográfica. La evaluación de las similitudes y las diferencias entre el estado mental de uno mismo y el de los demás se realiza en la región CPMvm. Además, esta área está íntimamente relacionada con la amígdala, lo que la convierte en una región clave para las reflexiones afectivas hacia uno mismo. Conjuntamente con el lóbulo temporal medial (LTM), la región CPMvm también está involucrada en la integración entre la representación de uno mismo y la memoria autobiográfica. Esto es importante, porqué está demostrado que los recuerdos almacenados en nuestra memoria autobiográfica están íntimamente relacionados con las inferencias que hacemos de los estados mentales de otras personas.
POSIBLE INTERACCIÓN DE LOS DOS SISTEMAS
Aunque pueden actuar de forma independiente, en condiciones normales, y en función del contexto social, una respuesta empática evocará los dos sistemas descritos: una respuesta emocional (empatía emocional), y una evaluación cognitiva del estado mental y perspectivas de la persona observada (empatía cognitiva).
Se ha especulado sobre la posibilidad que la activación del sistema de neuronas espejo sea un requisito previo para la activación del complejo sistema de la “teoría de la mente”.
Los futuros estudios deberán centrarse en la interacción entre estos sistemas y diferenciar las situaciones que pueden activar cada uno de ellos. Diferentes variables como la intensidad de las emociones experimentadas, las experiencias empáticas pasadas, la relación con el protagonista y el género, seguramente puedan activar de manera diferente los sistemas cognitivos y emocionales de la empatía.

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