Durante años se ha pensado que tenemos una etapa de esplendor
cognitivo o de máxima inteligencia en la cual podemos sacar a la luz nuestro
lado más creativo. ¿Es realmente así? ¿Existe una etapa en la que llegamos a
alcanzar el punto máximo en lo que a habilidades cognitivas se refiere? ¿Qué
sucede después de esa fase?
Ahora una investigación realizada en 3.305 personas intenta dilucidar
estas cuestiones y nos sugiere que el pico en nuestras funciones cognitivas
ocurre a los 24 años. Para llegar a estas conclusiones les pidieron a los
participantes que se involucrasen en un videojuego de estrategia en el cual,
obviamente, tenían que poner en marcha no solo la inteligencia sino también su
creatividad.
Después de analizar miles de horas de juego, estos psicólogos
descubrieron que después de los 24 años las personas comienzan a mostrar un
ligero declive de la rapidez con la cual toman las decisiones, algo que se
aprecia incluso en quienes tenían buenas habilidades con los videojuegos.
De hecho, estos datos no son del todo sorprendentes ya que estudios
anteriores habían hallado que nuestro cerebro alcanza su peso máximo durante
los 19-25 años, lo cual también significa que en esa etapa contamos con la
mayor cantidad de neuronas, disponibles para establecer nuevas redes neuronales
de manera mucho más rápida y eficaz. Más tarde, entre los 45 y 50 años, el
cerebro comienza a sufrir un proceso de declive.
TODO NO ESTÁ PERDIDO
Aún queda un resquicio de esperanza para las personas que han pasado
los 24 años. De hecho, en el estudio en cuestión también se apreció que los
participantes que tenían más edad eran más lentos en dar sus respuestas pero en
compensación, también solían utilizar soluciones más sofisticadas. Responder de
manera más lenta ante el juego les permitía ser más eficaz que los jugadores
jóvenes buscando estrategias mucho más interesantes.
Por tanto, puede ser cierto que a partir de cierta edad la velocidad
de nuestras funciones cognitivas disminuye pero somos capaces de compensarlo
recurriendo a caminos más eficaces. De hecho, otro estudio particularmente
interesante analizó las obras de 221 pintores famosos que vivieron entre 1800 y
el año 2000 para valorar en qué época habían realizado sus trabajos más
creativos. Así pudieron apreciar que la media de edad era de 41 años.
¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?
Ante todo, que el supuesto declive de las funciones cognitivas se
puede compensar de diferentes maneras. De hecho, si algo tiene de fantástico
nuestro cerebro es su increíble flexibilidad.
INTELIGENCIA FLUIDA E INTELIGENCIA CRISTALIZADA
Es cierto que mientras más pasan los años más sujetos estamos a lo que
se conoce como fijación funcional, un fenómeno que nos hace ir por los caminos
que ya hemos recorrido y apostar por las soluciones que conocemos, lo cual, en
muchas ocasiones, nos puede llevar a estancarnos. Sin embargo, no todas las
personas procesan la experiencia de la misma manera y muchas continúan
apostando por el cambio.
Por eso se hace referencia a la inteligencia cristalizada que, a
diferencia de la inteligencia fluida, se basa en las capacidades, estrategias y
conocimientos adquiridos a lo largo de la vida. Mientras la inteligencia fluida
hace referencia a la rapidez intelectual, la memoria asociativa y las
deducciones, la inteligencia cristalizada se enfoca a la realización de
juicios, la orientación espacial y las habilidades verbales.
Obviamente, la inteligencia fluida alcanza su periodo de máximo
esplendor alrededor de los 30 años y después comienza a desarrollarse la
inteligencia cristalizada. En realidad, una no es mejor que otra sino que, de
cierta forma, son complementarias.
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