jueves, 3 de julio de 2014

No es ser un genio… es esfuerzo



 
Acabo de leer un artículo sobre un niño que se inscribió a la Universidad a los 8 años, ingresó a los 9 y había terminado dos carreras a los 14, obteniendo en el proceso notas perfectas. Para completar sus éxitos acaba de publicar un libro titulado “We can do” (Nosotros podemos hacerlo).
Un periodista entrevistó a este muchacho y una de las cosas que él mencionó es que: “No le gusta que lo llamen genio”. Este personaje menciona que su secreto ha sido simplemente mantenerse concentrado y acometerlo todo con dedicación total. Según su propia opinión, no se trata de ser un genio… sino de esfuerzo, de arduo trabajo y dedicación.
También recomienda eliminar o reducir a un mínimo algunas distracciones como la televisión, pero sin dejar a un lado el tiempo para uno mismo. Este jovencito, a pesar de estar enfocado en sus estudios, también ha aprendido a bucear, a jugar futbol y de manera especial, a practicar artes marciales. El dice que esas actividades lo ayudan a mantenerse concentrado en sus estudios y sobre todo, a no enfrentar ninguna tarea a medias. En todo irónico dice: "Yo he sacado buenas calificaciones incluso en materias que no me gustaban estudiar, por eso creo que si yo conseguí alcanzar las estrellas, otros pudieran alcanzar la Vía Láctea".
Sin duda, mantenerse enfocado en un proyecto de vida requiere mucho esfuerzo y absoluta dedicación, algo que a veces es difícil de lograr dadas las distracciones a las que nuestra propia naturaleza humana nos arrastra. Con respecto a este tema, el escritor José M. Navas menciona que mantenerse enfocado es un reto continuo y que para lograrlo hay que encontrar fuentes de energía efectivas que se puedan poner en práctica en cualquier momento. Entre las sugerencias que Navas menciona están las siguientes:
·         Control de tu respiración. Controlando tu respiración eliminas la ansiedad y disminuyes la tensión. Respirar correctamente también refuerza las reservas nutricionales del cuerpo.
·         Alimentación balanceada. Es importante aprender a comer adecuadamente y evitar consumir alimentos que dejan en tu cuerpo muchas toxinas, como las carnes rojas y grasas refritas.
·         Ejercicio físico. Otra forma de equilibrar tu energía es encontrar la cantidad adecuada de ejercicio para ti. Recuerda, es tan malo el sedentarismo como el sobre entrenamiento.
·         Alimentos y bebidas purificadores. Es recomendable consumir frutas, vegetales verdes y tés específicos para purificar el organismo. Existen tiendas naturistas donde podrás obtener asesoría sobre estos productos.
·         Relajación. Aprende técnicas que ayuden a reducir las tensiones musculares y emocionales (yoga, estiramiento, meditación, etc.).
·         Masajes. Existen diferentes tipos de masajes que ayudan a recuperar y balancear los niveles energéticos. Procura recibir masajes con cierta frecuencia.
·         Descanso. Dormir adecuadamente es otra forma de recuperar tu energía. Los especialistas insisten en que duermas de siete a ocho horas por día.
·         Contacto con la naturaleza. Toma el sol moderadamente, camina y corre en pasto y hierba fresca. Si puedes, báñate y nada en el mar, en un lago o en un río. Se recomienda abrazar un árbol, descansar tumbado en la tierra y respirar profundamente.
·         Convivir con tus seres queridos. Cuando llegues a casa cansado del trabajo, en lugar de querer meterte a tu cama y dormir, mejor destínales un poco de tiempo (de calidad) a tus seres queridos (hijos, esposa, padres, hermanos, etc.). Eso te llenará de energía y a ellos también.
Como lo ven, alcanzar el éxito no se trata de trucos o secretos mágicos, simplemente de constancia y de mantener hábitos apropiados en nuestro estilo de vida.

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