Acabo
de leer un artículo sobre un niño que se inscribió a la Universidad a
los 8 años, ingresó a los 9 y había terminado dos carreras a los 14,
obteniendo en el proceso notas perfectas. Para completar sus éxitos
acaba de publicar un libro titulado “We can
do” (Nosotros podemos hacerlo).
Un periodista entrevistó a este muchacho y una de las cosas que él mencionó es que: “No le gusta que lo llamen genio”. Este personaje menciona que su secreto ha sido simplemente mantenerse
concentrado y acometerlo todo con dedicación total. Según su propia
opinión, no se trata de ser un genio… sino de esfuerzo, de arduo trabajo
y dedicación.
También
recomienda eliminar o reducir a un mínimo algunas distracciones como la
televisión, pero sin dejar a un lado el tiempo para uno mismo. Este
jovencito, a pesar de estar enfocado en sus estudios, también ha
aprendido a bucear, a jugar futbol y de manera especial, a practicar
artes marciales. El dice que esas actividades lo ayudan a mantenerse
concentrado en sus estudios y sobre todo, a no enfrentar ninguna tarea a
medias. En todo irónico dice: "Yo
he sacado buenas calificaciones incluso en materias que no me gustaban
estudiar, por eso creo que si yo conseguí alcanzar las estrellas, otros
pudieran alcanzar la Vía Láctea".
Sin
duda, mantenerse enfocado en un proyecto de vida requiere mucho
esfuerzo y absoluta dedicación, algo que a veces es difícil de lograr
dadas las distracciones a las que nuestra propia naturaleza humana nos
arrastra. Con respecto a este tema, el escritor José M. Navas menciona
que mantenerse enfocado es un reto continuo y que para lograrlo hay que
encontrar fuentes de energía efectivas que se puedan poner en práctica
en cualquier momento. Entre las sugerencias que Navas menciona están las
siguientes:
· Control de tu respiración. Controlando
tu respiración eliminas la ansiedad y disminuyes la tensión. Respirar
correctamente también refuerza las reservas nutricionales del cuerpo.
· Alimentación balanceada. Es
importante aprender a comer adecuadamente y evitar consumir alimentos
que dejan en tu cuerpo muchas toxinas, como las carnes rojas y grasas
refritas.
· Ejercicio físico. Otra
forma de equilibrar tu energía es encontrar la cantidad adecuada de
ejercicio para ti. Recuerda, es tan malo el sedentarismo como el sobre
entrenamiento.
· Alimentos y bebidas purificadores. Es
recomendable consumir frutas, vegetales verdes y tés específicos para
purificar el organismo. Existen tiendas naturistas donde podrás obtener
asesoría sobre estos productos.
· Relajación. Aprende técnicas que ayuden a reducir las tensiones musculares y emocionales (yoga, estiramiento, meditación, etc.).
· Masajes. Existen
diferentes tipos de masajes que ayudan a recuperar y balancear los
niveles energéticos. Procura recibir masajes con cierta frecuencia.
· Descanso. Dormir adecuadamente es otra forma de recuperar tu energía. Los especialistas insisten en que
duermas de siete a ocho horas por día.
· Contacto con la naturaleza. Toma
el sol moderadamente, camina y corre en pasto y hierba fresca. Si
puedes, báñate y nada en el mar, en un lago o en un río. Se recomienda
abrazar un árbol, descansar tumbado en la tierra y respirar
profundamente.
· Convivir con tus seres queridos. Cuando
llegues a casa cansado del trabajo, en lugar de querer meterte a tu
cama y dormir, mejor destínales un poco de tiempo (de calidad) a tus
seres queridos (hijos, esposa, padres, hermanos, etc.). Eso te llenará
de energía y a ellos también.
Como
lo ven, alcanzar el éxito no se trata de trucos o secretos mágicos,
simplemente de constancia y de mantener hábitos apropiados en nuestro
estilo de vida.
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